Las compañeras de la CTAA junto a una multitud gritaron #NiUnaMenos

Por Comunicación CTAA* | El 3 de junio las mujeres coparon nuevamente las calles, en el marco de la marcha que exigió el fin de la violencia machista. Masiva, colorida, heterogénea, diversa, la convocatoria volvió a mostrar la potencia del movimiento feminista.

Fotos: Sofía Alberti

A las cinco de la tarde estaban llenándose las calles aledañas a la Plaza San Martín. Cuando media hora después se encolumnó la marcha, parecía que de repente nadie se quería perder ser parte de la marea y las calles se llenaron de decenas de miles de personas.

La primera marcha por Ni Una Menos surgió tras el femicidio de Chiara Pérez, de Rufino, en 2015. Desde entonces la fecha se instauró en el calendario de lucha del movimiento de mujeres como compromiso indisociable para encontrarse colectivamente a gritar los reclamos.

A tal punto es así, que los cánticos a lo largo del recorrido hacia el Monumento se replicaban en las diversas organizaciones. Y una vez repleto de gente el Parque Nacional a la Bandera, la proclama unitaria se leyó a viva voz por todes les presentes.

“Desde la CTA Autónoma nos movilizamos en todo el país, diciendo que vivas, libres y desendeudadas nos queremos. Asistimos a un momento realmente trágico para la población, con una deuda externa sideral, incremento de la pobreza y el trabajo precario que afecta mayoritariamente a las mujeres. La violencia de género expresada de diversas formas, con el trágico saldo de un femicidio cada 29 horas desde el asesinato de Chiara en 2015, sigue expresando la vulneración de las mujeres y disidencias”, expresaron las militantes de la central. Vale destacar que en lo que va del año 2019 se relevaron 133 femicidios, es decir, 1 femicidio cada 25 horas.

“¿Quién es Paula Perassi?” preguntó entre muchas otras cosas a las adultas que la acompañaban una de las niñas que esta vez encabezaron la marcha. A unos metros, estaba Alberto, el padre de la joven sanlorencina desaparecida desde 2011. “Es una mujer que desapareció y la estamos buscando”, respondió la mujer y la niña no salía de su asombro interrogando “Pero ¿por qué? ¿Dónde está?”. Una pregunta que con la impunidad del caso sigue calando en la región. Por eso hubo intervenciones pidiendo justicia.

De forma muy marcada, los cánticos, carteles, colores, las voces más agudas de las pibas de los secundarios que llenan de energía cada movilización, convocaban a las personas a asomarse a sus balcones, en algunos casos agitando pañuelos verdes y naranjas. Una verdadera fiesta popular rodeando la organización colectiva contra la violencia machista.

*Nota y fotos: Sofía Alberti, Comunicación CTAA Rosario

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