Personal de salud mental generó protocolo de despedida para pacientes terminales

Por Prensa SIPRUS* | En el Hospital Provincial de Rosario, el equipo interdisciplinario de psicología, trabajo social y psiquiatría gestó el Protocolo SUD (pacientes en situación de últimos días), sostenido y acompañado por los servicios médicos y de enfermería. La iniciativa de las trabajadoras y trabajadores apunta a “humanizar la situación crítica que vivimos, devolviendo fuerza a los lazos para que puedan ceder ante la elaboración del duelo”.

Rosario 16-04-12 policiales. frente del hospital provincial. Foto Celina Mutti Lovera

Una vez más, quienes en condiciones adversas le ponen el cuerpo a las políticas públicas son quienes ven, estudian y resuelven las problemáticas que surgen de la crisis. En el ‘Provin’, como quienes allí se desempeñan le llaman al histórico efector de Alem y 9 de Julio, dos psiquiatras, tres trabajadoras sociales y tres psicólogas que llevan años de trabajo en equipo, gestaron un método para que los familiares de pacientes terminales con Covid 19 puedan despedirse.

“Desde marzo empezamos a estudiar diferentes protocolos y experiencias que se venían haciendo en otros lugares del mundo, dependiendo de la situación que íbamos atravesando en torno a evolución de la pandemia. Primero con pocos pacientes y mucha incertidumbre, acompañando a los médicos en el desgaste propio de la espera. Después, con el aluvión de casos y muchos decesos. Fue cuando nos preguntamos qué recursos había para el acompañamiento en esas situaciones”, contó Cintia Gambuti, psicóloga integrante del equipo y Secretaria de Finanzas de SIPRUS- Fesprosa.

Las propias trabajadoras y trabajadores armaron el protocolo que se sumó a las sugerencias del Ministerio de Salud de la Nación para el acompañamiento en situación de últimos días. Insisten en destacar el trabajo de médicos, médicas, enfermeros y enfermeras “porque sin ellos esto es imposible de sostener en las salas de internación”.

El mecanismo, consiste en que cuando el equipo médico detecta un paciente en situación crítica, se lo comunica a los familiares y les ofrece la posibilidad de realizar una visita. “Nosotras, desde el equipo de salud mental, nos comunicamos y explicamos las condiciones, los riesgos, vemos si están preparados. Se los cita en un día y horario urgente, se los recibe con asistencia de enfermería colocando los elementos de protección personal, se firma un consentimiento informado por ingresar a zona de circulación de virus y así pueden despedir a su familiar”, detalló Gambuti.

La iniciativa tuvo un impacto muy fuerte: en 15 días se realizaron 15 acompañamientos. Pero no fueron sólo para personas en sus últimos instantes vitales, sino también para aquellas con situaciones excepcionales. Por ejemplo, la habilitación de una visita para informar el fallecimiento del padre de un infectado, o un caso severo de melancolía que requería un sistema de apoyo afectivo tan dificultoso en la soledad del aislamiento.

Consultada sobre la importancia de aplicar este dispositivo, la psicóloga consideró que se apunta a “humanizar la situación crítica que vivimos, devolviendo fuerza a los lazos para que puedan ceder ante la elaboración del duelo. Ahora trabajamos con la posibilidad que los pacientes puedan hacer video llamadas con sus familiares. Contamos con mucha disposición de todo el personal del hospital para esto”.

Y definió: “es demostrar que podemos pensarnos empáticamente en esta situación. Hay que seguir priorizando lo humano en pandemia”. Por eso, a partir de la insistencia y con prepotencia de trabajo consiguieron un teléfono en red para poder comunicarse.

Aún en medio de las crisis, lo colectivo alumbra respuestas. Y las y los esenciales, a quienes se aplaude pero de los que poco se sabe, despliegan sus tareas y creatividad en situaciones complejas. El agotamiento se reproduce en el personal, el trabajo es 24 horas de lunes a lunes.

“No hay descanso para el personal de salud, hay que ver y valorar el trabajo que se está haciendo desde los equipos. En psicología tenemos la exigencia de estar de guardia al teléfono los siete días de la semana de 8 a 22 horas, pero no cobramos adicionales”, contó la profesional. Una vez más, en medio del discurso bélico y de temor al otro, las respuestas con grandeza humana vienen del sector laboral más expuesto en pandemia.

Prensa SIPRUS – Fesprosa

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