Por Comunicación CTAA* | El jueves fue un día de lucha y también de traición en Santa Fe. Al mediodía, la CTAA Rosario junto a diversos sindicatos realizaron un pañuelazo frente a Gobernación exigiendo que la provincia no adhiera a la Ley de Riesgos de Trabajo. Por la tarde, con 27 votos positivos, 9 abstenciones y 8 negativos se aprobó en Diputados con modificaciones que, de forma express, avaló el Senado por unanimidad.
“Las y los legisladores que votaron a favor de esta normativa anticonstitucional, deberán responder, junto con el Gobernador, y los Ministros de Trabajo de la Provincia y la Nación, por la salud, la integridad y la vida de nuestros compañeros y compañeras”, sentenciaron desde la Central de Trabajadorxs de la Argentina Autónoma Regional Rosario.
Es que en medio de una pandemia que puso el epicentro en la importancia del rol del Estado en la protección del derecho a la salud, Omar Perotti; Roberto Sukerman; y el ex Gobernador y actual Diputado, Miguel Lifschitz, se pusieron a la cabeza de la adhesión de la provincia a la Ley Nacional 27.348, que en su momento decretó el macrismo. Una legislación que vino a pararse sobre la faceta más neoliberal del sistema original, creado en los ’90 por el ex Presidente Menem y la Unión Industrial Argentina.
Esta normativa requería que cada provincia adhiera y Santa Fe no lo hizo hasta ayer. Los diagnósticos son preocupantes: atenta contra los principios básicos del derecho del trabajo y la seguridad social, viene a consolidar un negocio redondo para las Aseguradoras que constituyeron un mercado oligopólico, fijando alícuotas a gusto y reproduciendo sus ganancias en el sector financiero.
Si se hace un breve repaso sobre los principales puntos críticos podemos sumar: no se avanza sobre prevención; pone en igualdad de condiciones a patronales y trabajadores, cuando en la práctica se sabe que ése vínculo es desigual; viola los principios de progresividad y protectorio; y obstaculiza el acceso a la justicia y a una reparación justa cuando el daño ya está generado sobre la salud.
Se trata también de una ‘mancha’ en el marco legal de una provincia que supo ser pionera en el dictado de una ley Comités Mixtos de Seguridad e Higiene, aunque éstos se aplican disgregadamente y con escaso control oficial. De hecho, gremios estatales le vienen exigiendo a los gobiernos y más en pandemia, que se aplique en organismos públicos.
Toco el aire, no te toco
En la actualidad, el Sistema de Riesgos de Trabajo tiende a una pronunciada invisibilización y desconocimiento de enfermedades laborales, obligando a les trabajadores a recurrir a instancias judiciales para lograr su protección. Quizás el ejemplo más insólito es que las ART hoy ya desconocen la Covid 19 como enfermedad laboral. Una treta repudiable de las empresas aseguradoras cuando más debieran responder a los efectos sobre los cuerpos de las y los esenciales. En Acindar Villa Constitución, por ejemplo, de 100 casos denunciados de Covid, se reconocieron cero.
“Sabemos que hay estudios sobre las secuelas a largo plazo, además de cardíacas, respiratorias, pérdida total del olfato. Son cuestiones graves, por lo tanto no podemos aceptar esta ley que beneficia directamente a los empresarios, atrasa y es parte de la flexibilización. Hay dos muertes por día en el país por accidentes del trabajo. Hace dos días se produjo la explosión de la Terminal 6 y parece que no pasó nada. Las y los trabajadores seguimos perdiendo derechos elementales, por eso vamos a salir a la calle, como hoy con este pañuelazo”, aseguró la Secretaria de Organización de la CTAA y General de ATE Rosario, Lorena Almirón.
En Aceiteros también hay ‘clásicos’ de los daños corporales que las aseguradoras no toman como laborales: hernia de disco, tendinitis y enteropatías, cáncer ocupacional por exposición al hexano y aceites minerales, trastornos por alteración del ritmo circadiano (enfermedades metabólicas, oncológicas y neuropsiquiátricas: depresión, ansiedad, insomnio).
Pero al margen de lo sectorial, que es elocuente, hay otra cosa que contra todas las disposiciones de avanzada a nivel internacional, el sistema no reconoce: las enfermedades mentales. “No existe ni siquiera en la ley contemplado y por supuesto que la incertidumbre genera más problemas de salud mental, el rechazo permanente del reconocimiento de la enfermedad suma malestar y sufrimiento”, explicó el psicólogo e integrante de ATE y CTAA, Esteban Fridman.
“Hay un nivel de irresponsabilidad, insensibilidad y destrato con el mundo del trabajo”, opinó el Secretario General de la CTAA y Amsafe Rosario, Gustavo Terés. Para el Secretario de Salud Laboral de la Federación Aceitera y Desmotadora, Marco Pozzi, la ley aprobada ayer “es antiobrera, no está discutida con los trabajadores, refuerza la teoría patronal de desconocer las enfermedades profesionales, las accidentologías y el derecho de los trabajadores de hacer un reclamo en el caso de un percance”.
“Hay que discutir prevención, promoción de la salud y el gobierno se niega a hacerlo con un Ministro que más que parecer un Ministro de Trabajo con un rol histórico que tiene que tener parece vocero de las aseguradoras de trabajo”, analizó el Presidente de SIPRUS- Fesprosa, Diego Ainsuaín.
Uno de los puntos que agitaron quienes avalaban la Ley de Riesgos de Trabajo macrista era ‘la alta litigiosidad’. “Les diría a los diputados y funcionarios que vayan y busquen las causas, porque los trabajadores tienen que acudir a la justicia para defender sus derechos. La precarización, el incumplimiento de las condiciones de trabajo, las condiciones de seguridad e higiene que hay en los lugares de trabajo, más el sistema nacional del riesgo de trabajo que no reconoce las enfermedades de trabajo, son las causas por la cual los trabajadores tienen que buscar un amparo en la justicia para defender sus derechos”, azuzó la abogada laboralista Luciana Censi.
En tiempos de grieta, llamó la atención la coagulación de sectores de Cambiemos con el Frente Progresista, Cívico y Social y el peronismo para avanzar en la adhesión de Santa Fe. Sin dudas, la grieta sigue siendo de clase y la deuda de la democracia seguirá siendo una ley que responda a las necesidades de las mayorías y no al negocio de unos pocos. Porque hay enfermos de a miles. Hay muertos de a miles. Y siempre, son del mismo lado.
Comunicación CTAA Rosario – Nota y fotos: Sofía Alberti
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