Por Cecilia Ferreyra* | Tras la media sanción, seguida por miles de compañeras en diversos espacios públicos del país, se abre una nueva etapa de lucha. Desde la CTAA acompañamos la vigilia local y seguiremos en las calles por un derecho que debe reconocerse ya.
Luego de la marea verde del 2018 y la media sanción en diputados, el debate sobre el aborto tomó una dimensión impensada. Se hizo presente en todos los sectores, grupos, medios masivos, llegó a todos lados. Reducir este debate a una discusión sobre aborto SI o aborto NO, es una simplificación que no da cuenta de la complejidad del tema.
Con este debate no sólo se pone en discusión la legalidad del aborto, sino también lo que significa para una mujer que ha tomado la decisión de abortar, realizarlo en la más absoluta clandestinidad, no sólo por los riesgos que implican para su salud física, sino las consecuencias que conlleva para cualquiera de nosotras sentir que hacemos algo ilegal, que tenemos que ocultar, y que nos ha llevado a atravesar estas situaciones en absoluto silencio y soledad.
Consideramos que se pone en juego fundamentalmente, el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo. Cuando se debate sobre aborto, también se debate el rol de la mujer, la división del trabajo y la organización social imperante.
Es necesario seguir planteando: Ni una muerta más por abortos clandestinos y abrazamos la triple consigna Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir; entendiendo que estas formulaciones nos incluyen a todas y son irrefutables por su justeza.
Sabemos que es necesario reducir al máximo los embarazos no deseados. Es primordial la Educación Sexual Integral. Ésta debe contemplar, desde una perspectiva de género, la necesidad de las mujeres de decidir autónomamente sobre su cuerpo y el respeto sobre la decisión de ser o no madre. Además de una efectiva implementación de la ESI, con un presupuesto acorde y la capacitación adecuada; necesitamos acceder a los métodos anticonceptivos apropiados y acordes a la necesidad de cada mujer.
La anticoncepción entendida como herramienta de planificación para llegar a embarazos deseados, debe ser brindada por el estado para que a ninguna mujer le falte.
En este momento crucial, estamos convencidxs que debemos acompañar y protagonizar todos los espacios que nos permitan conseguir este derecho que cambiará sin duda la vida de cientos de miles de mujeres. Estos días que vamos a vivir dan cuenta del recorrido de largas décadas de lucha de los movimientos de mujeres que vienen expresando que la clandestinidad de los abortos somete a las mujeres pobres a riesgos extremos para su salud. La diferencia entre legalizar el aborto o no hacerlo, entre otras cosas significan 150 mujeres muertas al año por abortos clandestinos.
Esta Ley no obliga a ninguna mujer a practicarse un aborto, pero les garantizaría a todas la posibilidad de decidir en forma segura y gratuita la interrupción de un embarazo.
Fuimos cientos las que nos encontramos en la Plaza San Martin en la vigilia de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, hasta que explotamos de alegría con la media sanción. Escribamos una nueva página de la historia. Que las senadoras y senadores estén a la altura. Y si no llegara a ser así, nuestra lucha colectiva hará que hoy, o mañana, el aborto sea ley. Por eso, no abandonaremos las calles.
*Secretaria de Género de la CTAA Rosario