26F A la huelga

Con ofertas paritarias que mostraron un alto nivel de cinismo tanto del gobierno provincial como nacional, estatales, docentes de todos los niveles y profesionales de la salud van al paro el lunes. El sector público perdió el 16% de su sueldo sólo en diciembre. El ajuste no da tregua y la bronca se organiza en las calles.

Este 26 de febrero ATE irá al paro nacional, al igual que CTERA (docentes) y Fesprosa (profesionales de la salud). A nivel local, la seccional estatal y la docencia universitaria (COAD) cesarán actividades por 24 horas, mientras las bases de SiPrUS y Amsafe votaron masivamente ir a 48 horas de paro dos semanas consecutivas (la segunda semana sujeta a la realización o no de ofertas superadoras).  Vale aclarar que la docencia pública local se pronunció mayoritariamente por huelgas durante tres semanas: 72 horas, 72 horas y 48 horas.

Sobre las acciones callejeras que se desplegarán, mientras ATE Rosario concentrará el lunes a las 11 horas en Sarmiento y Rioja, sede del Ministerio de Trabajo de la Nación, los demás gremios movilizarán a la ciudad de Santa Fe.

Milei y Pullaro, en sintonía, le erraron por uno a la canción de Fito Páez: 12 y 7 % respectivamente ofrecieron en las paritarias. Calificarlo como burla es poco, cuando no hubo recomposición salarial de lo perdido en los meses previos y, en el caso provincial, se incumplió la cláusula de revisión que tiene carácter de ley.

Licuadora nivel 3

El fracaso del Consejo del Salario Mínimo, planificado entre autoridades nacionales y los empresarios, terminó con la medida “menos libertaria”: fijar por decreto un precio, el de la fuerza de trabajo.  

Así, la gestión del autopercibido liberal libertario decidió que la suba del sueldo mínimo será del 30% y en dos cuotas ante una inflación que supera el 20% por mes. Pasará de los actuales 156.000 pesos a 180 mil desde el mes de febrero. En marzo subirá a 202.800 pesos. Vale destacar que este monto impacta en lo que paga la Anses para la Asignación Universal por Hijo y la Asignación Universal por Embarazo, entre otras prestaciones.

La autoritaria resolución se da en un marco de aumentos de precios que marcan punta en décadas. El IPC del Indec marcó subas del 25,5 por ciento en diciembre y del 20,6 por ciento en enero. Para febrero los analistas estiman que el número rondará nuevamente el 20%.

Ahora bien ¿quién gana y quién pierde con esta enorme transferencia de ingresos? Esta semana se conoció que por primera vez, se destinaron más fondos para pagar intereses de la deuda pública -que no se licuó porque está en moneda extranjera-, que para jubilaciones.

El Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, que conduce el compañero docente y economista Sergio Arelovich, alertó que sólo en diciembre el derrumbe de los salarios fue del 11% salario privado registrado; 14% privado no registrado; 16% estatales.

Los números parecen ilegibles, pero son necesarios. En masa, la transferencia de ingresos significó:

Un billón ciento veintiocho mil doscientos setenta millones ($1.128.270.000.000) de pérdida del conjunto de les trabajadores

Trescientos noventa mil doscientos dos millones ($390.202.000.000) de pérdida directa de recaudación fiscal por aportes y contribuciones

Ciento nueve mil setecientos cuarenta y cuatro millones ($109.744.000.000) de pérdida para obras sociales sindicales y estatales.

¿Dónde esas pérdidas se hicieron ganancias? La mayor parte de los 1,65 billones fue ganancia adicional para exportadoras, alimenticias, energéticas, y otras áreas. Y se pagaron $1,5 billones de intereses de deuda. Ganó el Fondo Monetario Internacional y los que se fugaron el préstamo que el mismo actual ministro de Economía Luis Caputo tomó cuando ocupaba la cartera en la era Macri.

El precio social de ese negocio redondo para unos pocos, fue el catastrófico dato de la UCA: en enero la pobreza atrapó al 57,4% de la población y la indigencia trepó 5,5% en meses afectado 7 millones de personas.

Las próximas semanas serán determinantes para quienes se siguen negando a ponerle el brazo a una motosierra selectiva y a una licuadora que tritura sólo el poder de compra de sus sueldos.

Comunicación CTA Rosario

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