Norita, la madre de todas las batallas, los abrazos y las sonrisas

Por Sofía Alberti | El viernes, en un repleto salón de actos del Normal 2, se presentó el libro de Gerardo Szalkowicz que recorre la vida de Nora Irma Morales de Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Estuvieron presentes el autor, la protagonista y Sergio Maldonado, hermano de Santiago. Emoción, alegría y memoria en una jornada que quedará en el recuerdo de todes.

Nora Cortiñas- Fotos: Sofía Alberti

La llegada

Es la hora de la salida del Normal 2. La pibada termina su día de clase, pero la escuela permanecerá abierta hasta cerca de medianoche en un salón de actos que se torna aula y escenario del conmovedor abrazo colectivo. La convocatoria trabajada largos meses por ATE Rosario, Amsafe Rosario, Arde Matria y Ciudad Futura, va a llenar el corazón de cientos de personas que empiezan a ocupar cada rincón del espacio.

Es difícil saber si la luz que llega con Nora la trae a ella, o simplemente es parte de todo lo que irradia y se refleja en las miradas emocionadas, las imparables muestras de afecto, regalos y pedidos de fotos. Pero Norita no se la cree ni un poquito. Habla en colectivo. Es cuidadosa de referirse siempre al todo, a todes. Lleva su pañuelo blanco de las Madres en la cabeza, el verde por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en la muñeca y la foto de Gustavo, su hijo desaparecido, entre el pecho y el vientre, como estandarte del momento en que nació la ‘madre de todas las batallas’. No duda en definir como su principal pelea la búsqueda de aquel militante peronista, apasionado lector, comprometido joven, su hijo arrebatado por el terrorismo de estado. Pero esa búsqueda no es sólo la de su ser físico, sino la de la construcción de su sueño de humanidad, por el que comprometió su propia vida.

Norita es muy particular: aun cuando se le pregunta cómo vive ella tanto reconocimiento en vida, da un giro y habla de una denuncia que quedó en el tintero, de la lucha feminista que la encontró en los últimos años como parte. Norita habla de todes para referirse a ella, porque entiende que son muches quienes forjan los caminos que tozudamente recorre con una energía envidiable. De hecho, la jornada con un viaje desde Buenos Aires, tres horas de acto, una hora de exposición de ella -en la que nadie atisbó a salir de su silla ni desviar su mirada de esa pequeña gigante- y de hora y media firmando libros como si cada uno fuera el único, la culminará pisando la medianoche, bailando.

Vertientes

Esta vez pudieron coincidir en la presentación de la biografía ‘Norita: la madre de todas las batallas’, su autor, Gerardo Szalkowicz, Norita y Sergio Maldonado, hermano de Santiago. Las dinámicas de esta mujer con ambos merecerían otra nota, dado que la complicidad, el afecto y el respeto mutuo, encandilan. Mientras diversas personas y grupos dan su saludo, artistas rosarinos de Arte por Libertad bocetan los trapos que pintarán a lo largo del encuentro.

“Somos muchos los que luchamos en estas batallas que se están haciendo pesadas, pero seguimos. Mi batalla es buscar a Gustavo, que se abran los archivos, que nos digan dónde están los detenidos desaparecidos y que se cumplan los deseos de los 30 mil y de todo el pueblo. Que no haya hambre, que se terminen los despidos, que toda la gente tenga trabajo y vida digna, esa es la batalla principal. Queremos que Argentina sea un país donde entremos todos y todas”, afirma Nora Cortiñas.

“Hace 43 años la gente pasaba por Plaza de Mayo y (las Madres) éramos invisibles, salíamos en el diario si había represión. Costó mucho reconocernos que las mujeres en este país tenemos hechos muy importantes que compartimos hasta con los héroes del 1800. Ahora poder estar 500 mil mujeres en las calles asusta a los varones, pero no somos malas. Hay que seguir luchando, las batallas tenemos que darlas juntos varones y mujeres y vamos a ganarlas”, plantea con una seguridad difícil de contradecir.

Sobre la coyuntura, en la que fuerzas de seguridad pública y privada avanzan en asesinatos inenarrables avalados por las altas esferas del gobierno nacional, Cortiñas analiza que “no queremos que este pueblo deba responder a este ataque y las expresiones de odio que nos tiene este gobierno. Que no nos lleven a la violencia, a presenciar la violencia del propio Estado sobre el pueblo. Esta violencia sobre el cuerpo de gente que no cometió ningún delito y fueron llevados a la muerte de forma salvaje, no queremos eso en Argentina, no somos así nosotros y nosotras. No puede ser que el Estado lleve a esta violencia atroz y que haya una funcionaria (por la Ministra Patricia Bullrich) que la expresa. Ya la tendrían que haber retirado del cargo por premiar a los policías salvajes y asesinos. Tenemos que decir basta”.

Libro alas

El acto es conducido por el Secretario General de la CTAA y Amsafe Rosario, Gustavo Terés, quien define que estamos ante “una madre de las plazas públicas, en una escuela pública”.   Sosteniendo una hoja temblorosa y la voz de a ratos quebrada de la emoción, estudiantes del Normal 2 aseguran que se sienten “hermanos de los compañeros y compañeras desaparecidas, peleamos contra el mismo gigante. Cuando la historia parece que se repite nos queda hacer memoria, organizarnos y luchar”. Cortiñas, los escucha atenta y les ofrenda una sonrisa y abrazo largo cuando terminan de hablar.

Gerardo y Nora mantienen una sinergia entrañable. La admiración se refleja en cada mirada e intercambio. La biografía logra estar a la altura que Norita se merece y ‘plancha’ cualquier intento de búsqueda de palabras más certeras para definirla. “Escribir un libro sobre Norita sin dudas es una tarea inmensa y hermosa, que nos ha hecho muy bien. Gracias por eso. Por ser tan generoso en lo que has hecho”, expresa Celeste Lepratti, hermana de Pocho, asesinado en su lugar de trabajo en las jornadas de rebelión de diciembre de 2001. La también concejala de la ciudad, porta un cartel que recuerda que César Milani es un genocida y con él y sus pares de armas no existe reconciliación posible.

“Rubén Naranjo decía que lo más importante de los libros es cuando aprendemos a dejarlos volar y esa es la tarea de quienes los escriben y los acompañan. Gerardo ha tenido esa sensibilidad”, dice Lepratti. Por su parte, la Secretaria de Organización de CTAA y Secretaria Adjunta de ATE Rosario, Lorena Almirón, destaca la “sencillez y claridad del libro que tendría que ser lectura obligatoria en las aulas, aprovechando que está la Ministra de Educación acá, hacemos este pedido”.

Sergio Maldonado y Norita se sacan chispas de las buenas. Se retan, pelean, hacen chistes y se complementan en cuerpo y sonrisas. “Fue la primera que me agarró la mano y me hizo atravesar la plaza de mayo aquel 11 de agosto de 2017 y desde ese día me transmitió una calma y estar siempre en la coherencia, diciendo lo que sentía. Llevo 2 años (de lucha por justicia por Santiago), Norita 43 y yo tuve que salir a pedir justicia por mi hermano, más o menos a la edad que Norita tuvo que salir a pedir por Gustavo”, analiza.

Resaltando su “claridad y lucidez admirable” define: “Norita es al revés de Dios: vive en Buenos Aires, pero atiende en todas partes”. Y advierte: “yo te digo, ya tenés una película, un club de futbol, un libro y dos plantas de cannabis en tu casa, la AFIP te va a ir a buscar”, despertando la risa de un auditorio colmado.

A su turno, corriéndose permanentemente de la centralidad pese a su titánica tarea como autor del libro, Gerardo recuerda que “cuando le llevé la propuesta de hacer su biografía me dijo que no, que le daba pudor, que no quería opacar y que queden menos visibles el resto de las madres, sus típicos excesos de humildad. Pero como tiene una impresionante capacidad de escuchar y recalcular, aquí estamos un año y medio después. Norita es un puente que logra unificar distintas vertientes políticas, un puente generacional que acerca nuestra memoria histórica a las luchas actuales y un puente entre la memoria y la utopía”.

A lo largo del imperdible libro, el autor recorre la vida de la “niña revoltosa, pizpireta como dice su familia, una joven extrovertida, coqueta, enamorada. Sigue siendo coqueta. De una madre tradicional, ama de casa, que de pronto le tocó vivir la peor de las tragedias y transformó ese inmenso dolor en un profundo amor por su pueblo, por todos los pueblos del mundo. Y se fue transformando en este huracán. Así va de villa 31 a Kurdistán, de Guatemala al Hospital Posadas, de Puente Pueyrredón a Colombia. Y nos preguntamos dónde está la aldea en la que viven las mil Noritas”.

Cortiñas hablará una hora, parada, con cientos de miradas emocionadas posadas sobre cada gesto y palabra. Nadie se corre de su silla o lugar en el piso. Ella se mueve, no se ahorra ningún chiste ni definición. Levanta el puño en alto y nunca deja de sonreír, tampoco cuando se limita en algunos temas porque no quiere llorar. Tras el cierre del acto formal, cerca de las 21.00 horas, empieza a firmar libros. Hay una fila de 70 personas. A cada una la recibe como si fuera lo primero que hace en el día, la mira, le comenta una anécdota, escucha sus palabras. Y, así, la mujer de casi 90 años estampa su sello en cada ejemplar.

El epílogo más certero para esta nota, quizás, es recomendar fervientemente el libro.  Pero entre tanta emoción que deja el ‘huracán Norita’, vale la pena contar que el día no terminó a las 22.30 horas autografiando el último libro. Siguió su derrotero colectivo en una cena, donde hubo más libros firmados, en la que se detuvo mirando a los ojos y conversando con toda persona que se arrimara y, antes que la apuraran para ir a descansar, terminó cantando temas de Silvio Rodríguez y bailando, sonriendo, luminosa, celebrando la vida que elige transitar cada día. Sin dudas, como define su biógrafo, Nora Cortiñas es la expresión más digna de este tiempo y lo lleva con una humildad impresionante, siempre sonriendo, defendiendo la alegría como trinchera.

*Sofía Alberti (Nota y fotos). Secretaria de Comunicación CTAA Rosario

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