Movilizamos en solidaridad con el pueblo Chileno

Por Comunicación CTAA* | Este jueves, la CTA Autónoma Rosario convoca y se suma a una nueva muestra de solidaridad con el pueblo chileno. Será a las 18.00 horas en Plaza 25 de Mayo, tras la Ronda de las Madres, y habrá marcha hacia el Consulado de Chile (Salta al 1100). Ayer hubo asamblea feminista en La Toma por el ataque perpetrado por parte de las fuerzas públicas del país trasandino contra integrantes del movimiento.

Las imágenes de Chile son espeluznantes. El aumento del metro en Santiago sirvió de válvula de escape de una olla a presión en todo el país donde, durante décadas, convivieron altos índices de desigualdad social, nula movilidad social, imposibilidad de acceso a derechos elementales como salud y educación, restricción de la participación democrática y políticas represivas que, al entrar en acción, desplegaban mojones de terrorismo de Estado.

Por eso y haciendo carne lo mejor de la memoria histórica de solidaridad entre los pueblos de Latinoamérica, organizaciones sindicales, políticas y sociales, realizaron un acto ante el Consulado chileno en Rosario el lunes. Allí, encabezados por chilenos residentes en nuestra ciudad, repudiaron la represión, el ajuste, y exigieron el fin de este modelo de exclusión, entrega y terrorismo de estado en democracia.

“El sistema neoliberal que instaló la dictadura de (Augusto) Pinochet siguió funcionando en Chile, más allá que él no estuviera a cargo del país. Los gobiernos que vinieron después no modificaron absolutamente nada. Existe una acumulación de bronca por la desigualdad sostenida y el aumento de la brecha de ingresos entre quienes menos y más tienen”, explicó Priscila Castañera, una de las chilenas que encabezó la asamblea de compañeras realizada el miércoles en La Toma.

La preocupación que desató dicho encuentro, fue la feroz detención de niñas y adolescentes, sacadas de su casa por la policía, integrantes de escuelas secundarias y de movimientos feministas.  Previamente, las mujeres habían sido agredidas, por lo que se refugiaron en una casa común. Si bien legisladores del país vecino pudieron sacar de la prisión a las compañeras, hubo quienes quedaron en franca desprotección, tras ser agredidas. De hecho, se denuncia que como parte de ‘la guerra’ declarada por el Presidente Sebastián Piñera -contra ‘un enemigo muy poderoso’ que parece estar integrado por mujeres, jóvenes, originarios, jubilados y trabajadores-, existieron violaciones, vejaciones y torturas por parte de militares, carabineros y fuerzas policiales.

Asamblea feminista. Foto: Paula Sarkissian

Ningún repollo

Muchas personas se mostraron sorprendidas del estallido en el país puesto como ‘modelo’ por los referentes de la derecha continental. No se entendía como un gobierno que mostraba tasas de crecimiento y un aparente orden interno, estaba en el centro de un huracán de protestas masivas.

“Lo cierto es que hubo procesos de revueltas previas. Años anteriores, estuvo el reclamo de 8 horas diarias de trabajo, por agua y energía, e incluso la llamada ‘Revolución de los Pingüinos’ que llevó al ingreso de la policía a centros de estudiantes, incluso a aquellos emblemáticos de Santiago,  donde asisten hijos de familias pudientes”, contó Castañera.

Para graficar con algunos números elocuentes la situación chilena en materia de desigualdad, la mitad de los asalariados y asalariadas cobra menos de U$S 562 dólares, pero una familia destina U$S 120 sólo a transporte; el 1% más rico de la población concentra el 26, 5% de la riqueza, mientras el 50% menos favorecido, el 2,1%. Para comparar con Argentina, mientras la brecha entre el sector más enriquecido y el más empobrecido creció este año de 18 a 20, en Chile, el 10% más rico gana 39 veces más que el 10% más pobre.

Solidaridad

Con un fenomenal cerco mediático, donde las corporaciones manejan buena parte de los contenidos de las cadenas principales, Priscila comentó que sus conciudadanos “nos pidieron que viralicemos todas las imágenes”. Sin dudas, lo que sucede en Chile es parte de un proceso más amplio que se da en Latinoamérica.

Semanas atrás, cientos de hondureños tomaron las calles de varias ciudades del país para exigir la salida del presidente Juan Orlando Hernández (JOH). En Haití fueron cuatro semanas de intensas protestas exigiendo la renuncia del presidente Jovenel Moïse. En ambos casos, los mandatarios y su entorno estaban siendo señalados como partícipes de delitos graves. En Ecuador, el descontento estalló con la suba de los combustibles, pero significó la expresión del hartazgo de un pueblo que no quiere que el Fondo Monetario Internacional defina sus destinos. Por su parte, el proceso boliviano expresa el proceso inverso, de ofensiva de la derecha contra la reelección de Evo Morales, quien se impuso por estrecho margen en primera vuelta.

La llegada de Jair Bolsonaro y Mauricio Macri a los gobiernos de Brasil y Argentina respectivamente, constituyó un clima de época, en sintonía con el liderazgo de Donald Trump en Estados Unidos. La degradación política que expresó esta derecha empresarial, que con matices está ligada a idearios netamente fascistas y decimonónicos en materia de género, raza, derechos políticos, sociales y civiles, fue una apuesta más amplia a nivel global. Lo que fracasa nuevamente en Latinoamérica es la desigualdad como modelo, de la mano del organismo multilateral de crédito que ha ostentado el título de planificador de la pobreza: el FMI.

Quizás por eso, en un acto de absoluta impericia política, Piñera aseveró que se estaba en guerra ‘contra un enemigo muy poderoso’. A la par, otros organismos instalaban en cadenas internacionales la hipótesis conspirativa que habían guardado en el freezer desde la Guerra Fría: la existencia de una conspiración cubano venezolana (comunista) contra el avance y el progreso en los países del orden (donde manda el FMI y la derecha doméstica).

Lo cierto es que en diversos momentos históricos la solidaridad entre pueblos, fue un elemento nodal para dar batallas políticas ante el terrorismo estatal. Por eso hoy, diversos movimientos se expresan en solidaridad con el pueblo chileno, construyendo la esperanza de un aire de libertad, igualdad y justicia en Nuestramérica.

*Comunicación CTAA

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