Alzamiento policial y después

Por Secretaría de Derechos Humanos CTAA* | La CTAA – Regional Rosario expresó su profunda preocupación por la protesta policial que se inició en la Provincia de Buenos Aires, la cual se extendió hacia Santa Fe y otras provincias del país. “Se evidencia que las fuerzas de seguridad requieren de una profunda reforma, que las democratice y las ponga bajo el control del conjunto de la ciudadanía, para detener estas prácticas heredadas de la Dictadura Militar y que aún se reproducen en tiempos de democracia”, afirmaron.

Matías Adhemar/IPS

Compartimos el texto de la Secretaría de Derechos Humanos de la CTAA Rosario, a cargo del compañero Luis Vázquez.

La CTAA – Regional Rosario expresa su profunda preocupación por la protesta policial que se inició en la Provincia de Buenos Aires, la cual se extendió hacia Santa Fe y otras provincias del país

Las características de la protesta, que terminaron asumiendo dimensiones de un alzamiento, principalmente a raíz del accionar intimidatorio dirigido contra las autoridades políticas elegidas por el voto popular, constituyeron una abierta afrenta a la democracia como forma de gobierno y nos remite a los años más oscuros de nuestra historia como país.

Como lo sostuviera la conducción de la CTAA – Nacional en su pronunciamiento sobre la situación: «La presencia reciente de efectivos armados de la Policía Bonaerense en las inmediaciones de la Quinta Presidencial de Olivos y las declaraciones de sus voceros suponen un exceso en el legítimo reclamo”.  A lo cual agrega: «Por eso, insistimos en que un reclamo salarial no puede transformarse, bajo ningún aspecto, en una sublevación armada”

Un reclamo de estas características, no puede ocultar la gravedad de la existencia de aparatos represivos dentro de las fuerzas de seguridad provinciales, que sostienen lógicas autoritarias y de uso de la fuerza, que permanentemente transgreden los límites de lo permitido por la ley, nuestra Constitución Nacional y el Sistema de Protección de Derechos Humanos. En Santa Fe lo hemos visto en numerosos casos, como el de Franco Casco, en el que con operatoria similar a la bonaerense, su cuerpo apareció en el Río Paraná.

La desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro, la represión contra docentes en La Matanza y el recrudecimiento de la violencia institucional en Argentina en lo que va de la pandemia del COVID-19, evidencian que nuestras fuerzas de seguridad requieren de una profunda reforma, que las democratice y las ponga bajo el control del conjunto de la ciudadanía, para detener estas prácticas heredadas de la Dictadura Militar y que aún se reproducen en tiempos de democracia.

Esta profunda reforma, debe poner fin a la corrupción estructural que las atraviesa, basada en la asociación con el crimen organizado en los territorios, ya sea que hablemos de narcotráfico, trata de personas y zonas liberadas, terminando definitivamente también con la sistemática violencia institucional dirigida hacia los sectores populares. Sin este proceso de transformación, seguiremos teniendo alzamientos contra el poder político legítimamente constituido y fuerzas policiales contrarias al Pueblo.

Por ello, repudiamos las acciones de amedrentamiento realizadas por integrantes de la fuerza policial bonaerense en la Quinta Presidencial de Olivos y de ninguna manera avalamos un levantamiento policial violento de estas características, que utilice las armas provistas por el propio Estado, para intimidar al titular del Poder Ejecutivo Nacional y generar caos en la población.

Y asimismo, rechazamos también el uso de este alzamiento que hacen los sectores del poder económico más concentrado, que ponen en cuestión el sistema institucional con el solo objeto de seguir defendiendo sus privilegios.

La repudiable gestión de Sergio Berni como Ministro de Seguridad en la Provincia de Buenos Aires y los recientes anuncios del Presidente Alberto Fernández junto con  Gobernador Axel Kicillof sobre el Plan Integral de Seguridad para dicha Provincia, no hacen más que evidenciar la grave crisis social, económica y política en la que se encuentra el país, la cual no se soluciona con la expansión de los aparatos de seguridad en nuestros territorios (con más efectivos, patrulleros y equipamiento para el control social), sino con más trabajo, salud gratuita, educación pública,  seguridad y soberanía alimentaria, reforma tributaria para que paguen más los que más tienen, vivienda y organización de la sociedad civil, con el fin de construir una genuina seguridad humana e integral para nuestro Pueblo en este tiempo.

Por esto es que ante lo sucedido y ante la necesidad de luchar por una democracia más justa, social y plena, es que decimos:

¡Nunca más!

*CTA Autónoma Regional Rosario

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