Rosario volvió a ser la capital nacional del paro. La CTA Autónoma con gremios y organizaciones hermanas realizaron un acto de apertura en la Bolsa de Comercio, se unificaron en un solo puño con la columna de mercantiles que recorrió el microcentro, partieron en caravana hacia General Lagos y, frente a Dreyfus, realizaron una gran asamblea intersindical.
La huelga nacional tiene ese ‘sé bien qué’ al explotar en las calles, cuando el padecimiento de las y los trabajadores empuja a las conducciones remolonas a la medida gremial. En la actual coyuntura solo falta vivir del propio salario para entender la bronca contenida.
La CTAA Rosario y los gremios hermanos como ATE Rosario, Amsafe Rosario, SIPRUS, los integrantes de CGT como Aceiteros, Marítimos y Jaboneros, las organizaciones como el FOL, vienen dando batallas conjuntas ante el ataque constante del gobierno nacional de Javier Milei y el provincial de Maximiliano Pullaro.
Por eso el paro en la provincia fue de 48 horas. La primera mitad transcurrió con movida en Santa Fe, donde las y los provinciales se le plantaron a la cúpula del poder político para poner freno al ajuste mediante rebaja salarial, a los intentos de reformas regresivas en materia previsional y por la reanudación de las prestaciones de salud en IAPOS (obra social).
Durante la segunda mitad, la huelga que se extendió en todo el territorio nacional. El eje estuvo puesto en que no se sancione definitivamente la Ley Bases. Pero, también, en que se declare de nulidad absoluta al Decreto 70/2023, se reviertan los despidos e intentos privatizadores y se anule el protocolo anti protestas, además de que se garantice la asistencia social para un pueblo cada vez más empobrecido.
Sobre las calles rosarinas, la impronta retomó las estéticas más destacadas de las luchas obreras:
En una ciudad silenciada por el freno de quienes trabajan, el eco de los mercantiles por la ancha calle Corrientes salía detrás de una bandera enorme que advertía: LA PATRIA NO SE VENDE. A medida que se arrimaba al cruce con Peatonal Córdoba, ‘la esquina del Rosariazo’, los cánticos con historia se multiplicaban en cientos de voces. Gritando frente al recinto de la Bolsa de Comercio, donde se cimentan las rampas del extractivismo.
Los trapos verdes y negros de ATE Rosario, azules de la CTA Autónoma, rojos de la Amsafe local y el FOL, entre muchos otros, flameaban con un viento otoñal frío en medio de bengalas cuyo humo se disipaba en abrazos y puños en alto. Se respiraba la unidad que sirve, la de la acción, entre trabajadores que se encontraban en la respuesta colectiva a su desgracia, planificada por el gobierno de empresarios, magnates y sádicos*.
Caravana y asamblea intersindical
Una extensa caravana de estatales, docentes y organizaciones sociales fue desde la Bolsa de Comercio hasta Dreyfus, en General Lagos, atravesando una ciudad parada. Allí un conmovedor acto unitario con gremios hermanos de la CTA Autónoma y la CGT recogió lo mejor de la historia y los desafíos del presente para construir fortalezas para las luchas que se vienen.
La jornada estuvo teñido de una mítica obrera, solidaria y colorida que mostró la consolidación de los espacios de resistencia contra un gobierno que despliega la crueldad como política. Así se vio en el escenario que tenía a una de las multinacionales cerealeras más grandes del mundo a sus espaldas, LDC (Dreyfus), en General Lagos. Sobre él, sindicatos como los de aceiteros, jaboneros, marítimos, estatales, profesionales de la salud y docentes; y organizaciones como el FOL, expusieron a cientos de trabajadoras y trabajadores que se sumaron.
“Rosario vuelve a ser la capital del paro sin lugar a dudas. Desde que asumió el gobierno de Javier Milei no tuvimos un día de paz en este país. Todos los día algo nuevo, un mala noticia para los trabajadores y trabajadoras, eso es tremendo y nos tiene movilizados permanentemente. No alcanza con un solo paro, hay que darle continuidad, es lo que pensamos desde CTA Autónoma y ATE”, expresó la secretaria general de ATE y CTAA Rosario, Lorena Almirón.
“Creemos que si se aprueban estas leyes, es más aumento de los alimentos, más aumento de las tarifas de luz, agua y gas y es otorgarle superpoderes al presidente para que pueda sacar cualquier decreto cuando se le antoje. Es darle entrada a las reformas laborales y a las reformas previsionales, que van de lleno a castigar los bolsillos de los trabajadores y trabajadoras”, analizó.
Frente a la innegable fragmentación sindical que hizo proliferar iniciativas de distinto carácter en Rosario, el secretario adjunto de la CTAA Rosario, Gustavo Terés dijo: “hoy golpeamos juntos aunque marchemos separados. Hay movilizaciones en la circunvalación. Iremos aDreyfus a compartir unitariamente con los compañeros aceiteros, está el recorrido histórico de los compañeros de Comercio, la movilización de los sectores territoriales, los trabajadores marítimos que también están bloqueando las salidas en los puertos. Cada uno desde el lugar de trabajo, garantizando esta heroica huelga, este paro necesario que tiene que ser parte de un plan de lucha y una larga marcha de resistencia para poder quebrar esta política económica, social, cultural, en todos los niveles que nos está planteando el gobierno nacional y muchísimos de los gobernadores que están hoy en sus funciones”.
“Desde el 19-20 de diciembre que estamos en la calle tratando de pensar acciones, de multiplicar y unificar la resistencia frente a una ofensiva que es brutal y que como decimos todo este tiempo nos tenemos que retrotraer a la época de la dictadura militar para encontrar una ofensiva del tipo de la que estamos enfrentando”, aseguró el delegado departamental de Amsafe Rosario, Juan Pablo Casiello.
“La huelga es nuestra herramienta para enfrentar a cualquiera, los gobiernos de turno, las burocracias. Estamos en una multinacional que se lleva mucha plata y deja muy poco y este gobierno le va a dar más. A ellos los exime de ganancias y a nosotros nos quiere volver a cobrar. Que sea el principio de una unión que enfrente lo que venga en contra de los trabajadores”, planteó el secretario general del SOEAR, Marco Pozzi, que pararon por segunda semana consecutiva.
«En los 90 teníamos que vivir acá adentro para sobrevivir afuera, la pasábamos mal. En ese momento había contratistas invisibilizados incluso por los trabajadores de planta. Vivian en una situación de indigencia trabajando en una multinacional. Hoy quieren volver a poner ese sistema de contratistas con la modernización laboral. Es un sistema que nos debilita a la clase obrera en su conjunto. Salimos a luchar porque tenemos memoria. Peleamos cuando no teníamos nada, miren si no vamos a pelear ahora que el 100% de los aceiteros está dentro del convenio. Peleamos por empatía, solidaridad de clase y porque no queremos volver a los 90”, subrayó el secretario general de la Federación Aceitera y Desmotadora, Daniel Yofra.
Comunicación CTAA Rosario – Fotos: Sofía Alberti
* Prosas de una huelga. 9 de mayo de 2024. Sofía Alberti, Secretaria de Comunicación de CTAA Rosario