Por Sandra Cicaré* | Organizaciones sociales se concentraron frente a la Ansés. Denunciaron la ausencia del Estado frente a una situación creciente de «hambre y miseria».
Las organizaciones sociales de Rosario dieron ayer una muestra contundente de que seguirán en la calle disputando por los derechos más esenciales como «tierra, techo y trabajo» y por la declaración de la «emergencia alimentaria» que se transformó en una demanda mucho más urgente tras la devaluación, que pulverizó los ingresos y profundizó «el hambre y la miseria», especialmente de los pibes.
La jornada nacional de lucha se materializó en la ciudad en un acto multitudinario que se realizó en la puerta de Ansés en la esquina de Rioja y Sarmiento. Al lugar confluyeron al mediodía varias marchas que desde media mañana partieron desde distintas plazas céntricas, encabezadas por las organizaciones sociales pero acompañadas por gremios, referentes de jubilados y estudiantes.
«Tierra, techo y trabajo, emergencia social», planteaba la consigna de la jornada de lucha que además, no dejaba espacio para la indefinición política: «O se está con el FMI o con el pueblo», agregaba.
El acto fue la síntesis de una pluralidad de expresiones de la militancia social, política y gremial que durante los años del gobierno de Mauricio Macri fueron confluyendo en un frente común de rechazo al modelo económico, y que en estas últimas semanas —tras las Paso y la posterior devaluación— llegó a un punto extremo. «El hambre de nuestros pibes no puede seguir esperando», dijeron en un documento común todas las organizaciones.
Pero además, el reclamo incluyó otras consignas concretas y urgentes como la «convocatoria al Consejo del Salario, un aumento de 40 por ciento de las partidas para comedores en las escuelas; el mismo bono de 2.000 pesos que se anunció para el sector formal para la economía popular; el cese de la suspensión de los programas laborales y mayor oferta para la economía popular; un aumento extraordinario para jubilaciones y pensiones mínimas; una ley de emergencia alimentaria y la prórroga de la emergencia social», señalaron.
«Este gobierno hace tres años y medio que vienen gobernado con pobreza, desocupación, inflación, salarios bajos y ahora sale un funcionario (Hernán Lombardi) y reconoce que nos metieron la mano en el bolsillo», dijo José Berra de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep) y por eso «las organizaciones populares desde el primer día que ganó Macri nos pusimos de acuerdo y defendimos en la calle nuestros derechos», agregó.
Así lo planteó también el referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Eduardo Delmonte, quien aseguró que «llegamos al resultado de las Paso (con la derrota electoral del oficialismo) porque hubo una lucha de años y el punto de inflexión fue lucha frente al Congreso para frenar la reforma previsional», dijo el dirigente y llamó a la movilización constante. «No podemos pensar que haciendo la plancha hasta octubre vamos a garantizar la derrota de Macri», agregó.
Los dirigentes de las organizaciones dejaron en claro que no hay interlocutor oficial que pueda comprender la crítica situación. «Nosotros tenemos el pulso de lo que pasa en los barrios, son cada vez más los chicos y los ancianos que vienen a pedir un plato de comida», dijo Mónica Crespo del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y señaló que las agrupaciones «estamos ocupando el lugar que debería ocupar el gobierno».
Mientras un grupo de mujeres asentía y confirmaba el discurso con sus gestos, los referentes de las organizaciones plantearon que detrás «del hambre, están también los chicos que se enferman por falta de medicamentos», «las mujeres embarazadas que no pueden recibir la leche que no llega» y «los pibes que se mueren por la droga y a quienes matan en los barrios». Según señalaron «son cada vez mas los chicos que se van a dormir sin comer», algo que también confirmó la referente del Siprus (gremio de profesionales de la salud), quien planteó que «en salud pública no damos abasto para curar y paliar lo que el hambre genera».
Una situación que también se refleja en otro espacios como las escuelas públicas. «Hay que seguir reclamando la emergencia alimentaria», señaló Lorena Almirón secretaria general de ATE Rosario y aseguró que en estos años a los gremios y las organizaciones sociales «nos unieron todas todas las luchas pero hoy la premisa más fuerte es denunciar que «el hambre es un crimen»», planteó en coincidencia con el secretario general de la CTA Rosario, Gustavo Terés quien planteó que «la prioridad hoy son nuestros pibes, es garantizar comida digna, defender la escuela publica y el salario».
El acto de ayer fue también una expresión de la solidaridad con la que fue rodeado el reclamo de las organizaciones. «Nos podrán quitar el pan y el trabajo, pero nunca la dignidad», arengó la dirigente de la Federación de Organizaciones de Base (FOB), mientras desde el palco todos plantearon seguir manifestándose «en paz», tal como fue la desconcentración por las calles de Rosario.
* Publicado en Diario La Capital de Rosario