Por Comunicación CTAA* | Una docente que denunció acoso sexual por parte del director de una escuela tres años atrás, terminó sumariada en su cargo hasta hoy. Acosada, perseguida y sancionada, fue revictimizada por el Ministerio de Educación que no desarrolló las acciones lógicas y pertinentes para protegerla y hoy permanece discriminada en el circuito educativo. Exigen el levantamiento del sumario y sanción al agresor.
Corría el año 2016 cuando dos maestras de una secundaria del noroeste definieron no callarse más. Desde entonces, un inentendible transcurrir colocó fuera del sistema a las víctimas. El Director, a quien llamaremos “F.S.”, dirigía discrecionalmente la escuela en todo el sentido. No ponía faltas a docentes afines, aun cuando se ausentaban por largo tiempo no les ponía reemplazo, afectando a los alumnos. Maltrataba y humillaba, rebajaba a las docentes en sus capacidades y posición, tenía expresiones de discriminación, aplicando mobbing y negando herramientas de trabajo al personal administrativo femenino para acusar ineficiencia. “Hay una compañera con licencia que nunca pudo volver a trabajar, quiere jubilarse, sueña con él”, cuenta “V.P”, la docente que denunció, además, acoso sexual.
“Un día entró al salón con una bufanda que me había olvidado en la sala de profesores puesta, dijo ante los alumnos que me la había dejado en su escritorio, la olió y me la dio, diciendo que era la profesora más hermosa de la escuela. Esto generó problemas con los alumnos, que me chiflaban, porque el director daba ese ejemplo”, figuró.
Luego, llegó la amenaza coactiva para obligarla a mantener una relación. Al negarse V.P., él inició una persecución, acusándola de acciones aberrantes que nunca existieron. “Iba a trabajar en taxi, estaba aterrorizada, me mandaba a amenazar con pibes re pesados del barrio. Y lo peor de esto es que el Ministerio de Educación sabía todo”, narró.
Revictimización
Por razones aún no clarificadas el caso tomó un giro inexplicable. Los hechos se denunciaron en octubre de 2016, V.P. permaneció trabajando en el mismo espacio hasta febrero de 2017, hasta que fue desplazada so pretexto de que la escuela no funcionaba porque ella tenía problemas con el Director.
Al mes siguiente, fue convocada a una reunión en la que funcionarios ministeriales se comprometieron a desplazar al acusado, aplicar políticas de género, e implementar el equipo socioeducativo y de educación sexual integral. Reconocieron el errático accionar pero nada de eso se aplicó y la docente continuó sumariada.
Pasaron un año y cinco meses, hasta que en agosto de 2018 llegara el pedido de disculpas oficial. “Me piden disculpas, dicen que la investigación me dio la razón pero sin embargo por cuestiones administrativas seguiré sumariada”, contó la docente. Esta sanción latente implica, entre otras cosas, no poder tomar las horas ganadas en titularizaciones y el estigma simbólico y social que pesa sobre quien presumiblemente ‘hizo algo malo’ para ser sumariado.
El resultado es que una maestra hoy está discriminada en el circuito educativo provincial desarrollando otras tareas para vivir, no pudiendo acumular las horas en reemplazos para subsistir económicamente. El Directivo, en tanto, sí sigue dictando clases de educación física en otros establecimientos.
“Hay dos aspectos que preocupan muchísimo: la incidencia desde lo objetivo y subjetivo que tiene el sumario en perjuicio de la víctima, tanto en su trabajo como en su salud la dilación del sumario; y lo disciplinante que nos resulta esta situación para otras compañeras que podrían estar atravesando situaciones de violencia. El mensaje que da el ministerio es que se apercibe con sumario a las personas que denuncian. Es inadmisible”, expresó la Secretaria de Comunicación de la CTAA Provincia de Santa Fe y Secretaria de Género de Amsafe Rosario, Claudia Semino.
“Exigimos que no pase un día más con este sumario vigente y advertimos que éste es el primero de una serie de pasos que estamos dispuestas a dar para que a la brevedad se concluya con esta injusticia y revictimizacion de la compañera. Queremos que se separe a los agresores de sus cargos y que también se realice la investigación que debe hacerse, y se proteja a las víctimas. Asimismo que se sepa por qué el Ministerio sostuvo esta situación durante tres largos años”, concluyó Semino.
*Comunicación CTAA Rosario