El viernes, ATE y la CTAA Rosario realizaron ‘La liberación del Mapic’, actividad declarada de interés municipal y propuesta de interés cultural a nivel provincial, en el marco del mes de reivindicación de la lucha de los pueblos originarios y conmemoración del genocidio.
Las voces, los sikus, la percusión, las guitarras, le pusieron sonido al aroma del sahumado que, poco a poco, fue tomando los colores de la wiphala que presidió un encuentro profundo y emotivo. En el patio del local de ATE y CTAA de Córdoba y Valparaíso, cientos de brotes de mapic –algarrobo-, árbol sagrado para los pueblos preexistentes, esperaban ser entregados a referentes de las comunidades originarias locales y a organizaciones que acompañan la lucha por sus derechos.
Durante meses compañeres de ATE Rosario y CTA Autónoma, resguardaron alrededor de 200 brotes que el viernes se entregaron junto a valiosos materiales bibliográficos que abordan las luchas originarias. La actividad se fue construyendo con mucho amor, respeto y paciencia, tal como se cuidaron los plantines. Y recibió como reconocimiento la presencia de las y los hermanos, de compañeras y compañeros de las escuelas de modalidad intercultural bilingüe, de artistas populares y referentes gremiales y sociales.
‘La liberación del Mapic’, fue declarada de interés municipal y propuesta de interés cultural a nivel provincial. Durante el acto, se expresó en varias ocasiones la solidaridad y reivindicación del 3º Malón de la Paz y se exigió el reconocimiento de todos los derechos para las comunidades originarias.
Tras el saludo de la Secretaria General de ATE y CTAA Rosario, Lorena Almirón, compartieron sus expresiones artísticas: Ángel Fernández, quien junto a las dos compañeras, Silvina Morelli y María Fernanda Goumaz, ofició de conductor, alternando las lecturas en castellano y qom; la compañera estatal y referenta de la comunidad kolla, Irene López; las ‘Copleras’; el docente, escritor y referente originario, Marcelo Quispe; Javier Cabrera; Ofelia Morales, que deleitó con su dulce canto junto a hermanas de la comunidad; Beto Ruiz; y los sikuris rosarinos que dieron un cierre lleno de alegría en la construcción y elevación del canto colectivo. Uniendo voces, instrumentos y memorias, como dice la canción, siempre florece.
Equipo de Comunicación CTAA y ATE Rosario