Según el Monitor de Indicadores Sociales y el Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, se perdieron 138.785 puestos laborales en el sector privado, 43.781 en el público y 13.004 en casas particulares. Por el contrario, se sumaron 89.439 monotributistas nuevos. El salario real, sigue en caída.
En agosto el empleo registrado en el sector privado dejó de caer y el salario dejó de crecer (SIPA). Posiblemente ello esté dando cuenta de una nueva etapa en la evolución de las relaciones laborales, caracterizada por un terreno más estable, con niveles de salarios y empleo que no van a variar significativamente respecto de la situación actual.
Agosto trajo consigo una novedad importante: se puso fin a una racha de 11 meses consecutivos de caída en el sector privado registrado. Apenas creció un 0,06%, una variación muy marginal, pero la primera positiva en casi un año. Por su parte, el sector público siguió en caída, por lo que el total de asalariados permaneció casi sin cambios.
En el sector privado habían perdido su puesto 177.159 trabajadores entre agosto de 2023 y julio de este año. En agosto de 2024 se sumaron casi 4.000 nuevos trabajadores. Es un crecimiento que está en línea, o levemente por debajo, del crecimiento vegetativo de la población.
Aun así, hay bastantes razones para suponer que el empleo asalariado privado habría hecho piso en agosto. El ritmo de destrucción venía cayendo en los últimos meses y la estabilización de estos últimos meses generó un escenario muy distinto al del primer semestre.
A nivel sectorial el crecimiento marginal de agosto se explica porque no hubo ninguna rama que empujara fuerte para abajo. La construcción repuntó levemente y la industria permaneció neutra (luego de 11 meses de caída). Casi todo el aumento lo explica el comercio.
La buena noticia en materia de empleo se empaña por la caída del salario real. En agosto creció nominalmente un 1,5%, bastante lejos del 4,2% de inflación. En septiembre habría vuelto a caer, quedando un 2,8% por debajo de noviembre de 2023 (8,6% contra julio de 2023).
Los primeros datos de septiembre (EIL) muestran que el empleo habría seguido recuperándose levemente. No solo la variación en ese mes fue positiva (0,2% con relación a agosto) sino que siguieron bajando las suspensiones.
Con los datos sobre ocupación registrada de agosto y septiembre es posible plantear una primera hipótesis. Se estaría llegando a un punto de estabilización. A partir de ahora, no sería raro ver un estancamiento salarial y un crecimiento muy suave del empleo acompañando de a poco a la actividad.
Por cierto, varios factores podrían modificar esta tendencia en sentidos divergentes. A favor: la estabilización macro y un aumento del consumo vía expansión del crédito; en contra: una resolución disruptiva de las tensiones existentes en el esquema macroeconómico que está lejos de poder ser descartada.
Comunicación CTAA Rosario