Por Indymedia Trabajadoras/es* | Para el segundo trimestre de 2020 se estima una caída del empleo de alrededor del 6,7 por ciento en todo el mundo, el equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En un mundo que ya se asomaba a la recesión global, las crisis concadenadas económica y sanitaria -con sus aspectos sociales, políticos y ambientales- están golpeando fuerte a la clase trabajadora en todo el planeta.
Así lo expresan los números del informe más reciente del Observatorio de la OIT, presentado este martes en su sede en Ginebra, Suiza.
Primero, en un crudo pantallazo de la situación global, el informe detalla que las medidas de paralización total o parcial ya afectan a casi 2700 millones de trabajadores, “alrededor del 81 por ciento de la fuerza de trabajo a nivel mundial”, precisa.
En este marco, millones de trabajadores están expuestos a la pérdida de ingresos y al despido. Las consecuencias son especialmente graves para aquellos trabajadores de la economía informal que carecen de protección, señala el informe.
En muchos países ya ha comenzado una contracción del empleo a gran escala, en muchos casos, sin precedentes. Uno de los ejemplos más claros es Estados Unidos, actual epicentro de la pandemia, donde 10 millones de personas presentaron pedidos de subsidio de desempleo en las últimas semanas.
“Los trabajadores y las empresas se enfrentan a una catástrofe, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo… Tenemos que actuar con rapidez, decisión y coordinación. Las medidas correctas y urgentes podrían hacer la diferencia entre la supervivencia y el colapso”, declaró Guy Ryder, Director General de la OIT.
La OIT alerta que el impacto de la crisis será desigual y que la mayor parte de las pérdidas de empleo y disminución de las horas de trabajo se producirán en los sectores de hotelería, gastronomía, actividades inmobiliarias, administrativas y manufactureras, comercio mayorista y minorista y reparación de vehículos.
Los sectores de artes, entretenimiento y recreación, servicios, transporte y almacenamiento, información y comunicación también se cuentan entre los principales receptores del impacto, pero con matices desiguales al interior de cada uno de ellos, plantea el informe.
Tareas de cuidado
Por otra parte, también están en riesgo, pero de contraer la infección, quienes siguen trabajando en agricultura, transporte, servicios públicos esenciales, y en particular las trabajadoras y trabajadores de la salud, un área globalmente feminizada.
En todo el mundo hay 136 millones de trabajadores en actividades de atención de la salud humana y de asistencia social, entre otros, el personal de enfermería; los médicos y demás trabajadores de salud; los trabajadores de centros de atención en residencias, y los trabajadores sociales, así como los trabajadores de apoyo, como el personal de lavandería y limpieza, que corren un grave riesgo de contraer la infección por el COVID-19 en el lugar de trabajo, señaló el organismo.
Aproximadamente el 70 por ciento de los puestos de trabajo del sector están ocupados por mujeres.
Políticas para la crisis
Independientemente del lugar del mundo o el sector de que se trate, la crisis está teniendo “repercusiones dramáticas en la fuerza de trabajo mundial”, definió la OIT.
En este marco, desde el organismo se consideró que es necesario adoptar medidas políticas integradas y a gran escala, centradas en “cuatro pilares: apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos; estimular la economía y los empleos; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; y utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones”.
“Esta es la mayor prueba para la cooperación internacional en más de 75 años”, afirmó el titular del organismo, Guy Ryder. “Las decisiones que tomemos hoy afectarán directamente la manera en que esta crisis evolucionará así como la vida de miles de millones de personas”, agregó.
“Con las medidas correctas podemos limitar su impacto y las heridas que dejará. Nuestro objetivo debe ser reconstruir mejor para que nuestros nuevos sistemas sean más seguros, más justos y más sostenibles de los que permitieron que esta crisis ocurriera”.
El tono de confianza que buscó transmitir el Director de la OIT en sus declaraciones a la prensa no se refleja con la misma intensidad en el informe que presentó.
Allí, se afirma en algunos de sus últimos párrafos que “el panorama es sumamente incierto. Estos acontecimientos rápidos y de gran alcance nos sitúan en terreno desconocido al tener que evaluar tan amplias repercusiones en el mercado laboral y la economía, y prever la duración y la gravedad de la crisis”.
“Las perspectivas actuales se caracterizan por una incertidumbre extraordinariamente elevada en cuanto a la magnitud de la crisis vigente en las economías, a su duración y a las repercusiones a largo plazo para las empresas y el mercado laboral”.
Fuente: Indymedia Trabajadoras/es